Sor Teresita está ya en el Cielo. Tenía 105 años y era la consagrada con mayor edad hasta la fecha del mundo. Era monja de Clausura del Monasterio de Buenafuente del Sistal. La Abadesa apunta que estuvo lúcida hasta el último momento. Siempre que la veía en entrevistas tenía una sonrisa, era sencilla, ese tipo de sencillez que da el Espíritu Santo a los que son mansos a sus inspiraciones; y estaba espectacularmente bien para su edad.
Un día viendo un reportaje de ella, dio un consejo que no se me ha olvidado y espero que no se me olvide nunca. Ella decía, que al cabo del día, repetía muchas veces dos palabras que elevaba a Dios: gracias y perdón. Posiblemente en estas dos sencillas palabras encierran una grandeza espectacular. Resumiendo así como Dios quiere que seamos, agradecidos (gracias) y humildes (perdón). Porque todo es gratuidad por eso tenemos que dar gracias siempre y no gloriarnos por nuestras victorias y dones, sino reconocer que en realidad estamos "desnudos" ante Dios. Creo que si primero somos humildes podemos después ser plenamente agradecidos... pero tendría que pensar esto. ¿Vosotros que pensáis?
GRACIAS y PERDÓN, son una gran lección de cristiandad que nos regaló con sencillez Sor Teresita.
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