jueves, 28 de noviembre de 2013

La tentación del Black Friday



Mañana es el Black Friday, el día que más ventas se realizan del año por sus rebajas. La gente aprovecha para consumir irracionalmente. En España esto no existía hasta hace poco. Y ya he recibido correos electrónicos, apremiandome a qué consuma rápidamente porque sino lo hiciera, sería un tonto.

Las naciones están más pendientes de la Bolsa que si hay ancianos en las calles, muriendose de frío. Yo doy gracias a Dios por poder seguir estudiando. En España al menos, tienes que estar constatemente reciclándote. Es decir tienes que seguir formándote para un trabajo precario. Ahora todo el mundo tiene una licenciatura... y ante esa ingesta intelectual de realizar cursillos, comenzar carreras universitarias, aprender inglés, etc. nos olvidamos muchas veces de lo más importante. Tener algo de tiempo para poder amar y expresar que somos cristianos. Pero ya nadie tiene tiempo para nadie. Cada año que crecemos el tiempo se hace más escurridizo. Nos vamos olvidando para que estamos porque el espíritu del mundo nos ha ensordecido.

Hoy, con la exposición al Santísimo Sacramento como todos los jueves, es bueno parar un momento. Quedarnos en silencio antes de la celebración de la Misa y de la posterior Exposición. Debemos dejarnos penetrar por el Dios vivo, que nos ama.

Antes de la Misa estaba pensando en que iba a gastar el dinero de esta Navidad. También pensaba qué iba a comer y con quien me iba a reunir. No me extraña que Nietzsche dijera de nosotros que nos condenariamos por nuestros pecados sino por nuestra insuficiencia. Es decir, nuestra incoherencia. Nosotros tenemos el deber como cristianos de recuperar una Navidad cristiana, feliz en lo poco, generosa en lo mucho hacia quienes menos tienen.

En el rezo de Vísperas me fije en algo que me removió por dentro. Hoy debo decir que estuve especailmente atento a lo que rezaba. Y me desbarató todos los planes del día.
En el Salmo 71, el salmista inspirado por el Espiritu Santo prefigura la imagen del niño Jesús: “Que los reyes de Saba y de Arabia, te ofrezcan sus dones; que se postren ante él todos sus reyes, y que todos los pueblos le sirvan”. Sin duda me laceró. Yo que estaba planeando hacerlo al revés!! No solo no iba a ofrecer dones al Niño Jesús, sino que además, no me iba a postrar.

En ese momento sentí vergüenza de mi mismo. Pero como toda inspiración, tuvo su contra en una tentación. Me argumentaba que sí necesitaba de verdad emplear el dinero en mejorar mi ordenador, que sí que es bueno comer bien porque celebramos el nacimiento de Dios, etc. Pero todo esto está muy bien para un cristianismo rebajado... un cristianismo tibio.

Me pregunté: ¿Acaso no debemos de cumplir el Salmo? ¿Y no dijo Jesús todo lo que hagáis al débil, al necesitado, al débil, al pobre, al hambriento, al enfermo... me lo hacéis a mi?. Ya no había más que decir, si es un capricho innecesario todo ese dinero para Caritas. Y por otro lado, ¿qué importa comer algo especial si lo que realmente es importante que el Señor me permita Comulgar todos los días la Eucaristía en Navidad? Ese es el manjar del hombre nuevo.

Y no soy un santo. Al contrario. Cada vez me veo más débil. Y no es falsa modestia. Pero me interpela la eterna pregunta... Cuando vea a Dios y me pregunte cuanto he amado? Le llevaré las manos vacías?



miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Van nuestras mascotas al cielo?

Mejor dicho, ¿va nuestro perro o nuestro gato al que hemos querido al Cielo?

Tengo un post no herético y cristiano al respecto, pero aun está en el horno. Pero antes, vosotros que opináis?


viernes, 15 de noviembre de 2013

Soliloquio personal sobre la Marcha Pro-vida del 17 N

(Nota: no es una confesión real, sí un soliloquio)





Yo: Padre, perdóneme porque he pecado.
P: Qué ha sido hijo?

Y:Soy pecador y no escapo de esa condición. No huyo ni me engaño. Intento cada día coger mi cruz y seguir adelante. Sé que sin Jesús nada podría. Pero me sigue doliendo la indiferencia ya no del mundo, sino de mis hermanos. Tengo un fortísimo resentimiento. Quedan apenas dos días para la Marcha a favor de la vida del próximo día 17 y muchos no van a ir. Y eso Padre me produce rechazo, dolor y desesperanza...

P: Sigue hijo

Y:Padre, sé que el pecado del resentimiento es malo y lucho contra el rezando por ellos. Pero estoy cansado, por eso estoy en este Sacramento de la Confesión, para que Jesús me reconforte con su perdón y después que me alimente con su Corazón Eucarístico. Solo así cojo fuerzas.

Y:No entiendo padre porque ellos que están tan cerca del Señor, no van a esta manifestación. Algunos me han dicho que lo ven algo político, otros que tienen que estudiar... si supieran todo lo bueno que se puede hacer llendo. Porque los que dicen que es algo político, me hacen sentir un celote. Yo que odio la política. Yo que me duele ver que no hay ningún político honrado y que no lo habrá porque al segundo día se marchará. Pero yo que les puedo decir? Yo que soy tan poca cosa, tan poco ejemplo para ellos...

P: Eres hijo de Dios, no lo olvides. Eres dignísimo a los ojos de Dios.

Y:Lo sé Padre, pero soy débil. Aun no estoy en el camino estrecho de perfección. Aun me guío más del qué dirán los demás que del mismo Dios. Sí Padre, es terrible. Aun tengo mucho que abandonarme y confiarme a Dios. El caso es que sangro en mi interior al ver que somos tan pocos en la manifestación. Muchos conocidos católicos, convencidos y practicantes no van. Cada uno con sus motivos. Amo a la Iglesia y respeto muchísimo a sus más altos servidores, pero hecho de menos aunque sea a título personal a sacerdotes, seminaristas, consagradas de vida activa...

P: Bueno, pídele a Dios que te ensanche el corazón para perdonar y para confiar en Él. Además no puedes juzgar. Ellos se deben a una obediencia. Y no olvides que es Domingo y tienen Misas que atender, enfermos que ayudar, etc. O acaso vas a pensar que una manifestación exitosa de, pongamos 5 millones sería más importante que una sola Misa? Ojo! Te hablo de una única y sola Misa. Recuerda que en cada Misa se renueva el universo por el sacrificio incruento de Nuestro Señor.

Y:No Padre, tiene razón... soy consciente del valor infinito de una sola Misa. De verdad. Pero tiene que haber alguna forma... no lo sé... Además entre las mismas Asociaciones están desunidas. Es triste ver que pudiendose unir en algún tipo de confederación, podrían ganar fuerza y mantener su autonomía... Porque además cada una de ellas abarcan campos distintos del movimiento Pro vida... no sé

P: Sigue.

Y:No soy un santo pero trataré de rezar en la Marcha por la vida por lo menos un Rosario. Lo pondré en las manos de la Virgen María. Estaremos los que tenemos que estar, ni uno más ni menos. Pero me duele esta humanidad que mata y se lucra con los abortos de sus hijos. El aborto no es indoloro, sufren muchísimo porque los queman, los despedazan... gritan. Es terrible y es científico. Pero el mundo calla. El peor mal es el indiferentismo de los buenos.

P: Recuerda lo que dijo Jesús en la cruz: "Perdónalos Padre porque no saben lo que hacen". El mal tiene una de sus fuentes en la ignorancia...

Y:Perdone que le interrumpa, por eso tanto me duele de mis hermanos católicos!!! Ellos que están más alumbrados que otros, tienen una vida más en Cristo y muchos de ellos no van a ir. Repito padre, yo odio la política. Pero sería un ingenuo si dijera que no es necesaria para cambiar algunas cosas. Solo algunas... no soy tan optimista. Porque la clave están en la política como medio, no como fin. Hasta el Vaticano II habla que los católicos debemos de defender nuestras ideas en la política, es desde luego un carisma más.

P: Eso está muy bien, pero no olvides que la política por sí misma nada puede. Recuerda la fragilidad del hombre. Todos somos tan débiles... Solo el hombre Eucaristizado puede hacer algo medianamente bien.

Y:Me gusta la palabra Eucaristizado... el problema Padre es que me siento incapaz de hablar a estos amigos. Siempre me he sentido un verdadero inútil en las correcciones fraternas. Me termino enfadando ante su obstinación y empeoro las cosas. Además no me escucharán. Siento, y me da vergüenza decirlo, que me desprecian. Pueden que me vean como un fariseo más, un celote...

P: Y tú lo eres?

Y:No lo creo. O al menos lucho por no serlo. El Señor me ha iluminado que hay purificar el corazón, acrisolarlo en su voluntad, con la ayuda de la oración y sobre todo de la Eucaristía. No vale cumplir escrupulosamente a raja tabla la Liturgia, si luego le pones un dedo en el ojo a tu hermano al salir de Misa.

P: Entonces ya sabes que hacer antes de ir a esa Manifestación, no?

Y:Sí Padre, amar a Cristo en la Misa y comulgarle antes de ir.

P: Y después?

Y:Creo que ofrecerlo al Señor, pedir perdón y olvidar.

P: Lo harás?

Y: Lo intentaré, pero me cuesta muchísimo, no soy un santo. Le pediré ayuda a Jesús.

P: Te voy a dar la absolución...

viernes, 8 de noviembre de 2013

La pregunta inevitable

Jesucristo: "Dime hijo mío, ¿cuánto has amado?"
Yo: "Perdóname Jesús porque he amado poco y mal."

Esa pregunta tarde o temprano nos la hará Jesús. Y desnudando mi interior así me siento.

Mi intención es amar más y mejor, pero como dice San Pablo, quiero hacer el bien y hago el mal. Soy tan débil... ¿cómo amar cuando el mundo no ama? Pues con la intención de hacerlo, aunque no lo consiga... Porque Dios tiene más en cuenta nuestras intenciones que el resultado final.

Pero, insisto, ante la irracionalidad de amar a quién no me ama, mi orgullo se revuelve, mi ánimo se desespera, me ciega la desesperanza de corazones helados... Contrario a lo que se piensa, el que ama es el fuerte. Solo el odio es para los débiles.

El amor es la verdad. Jesucristo es la verdad.

Jesús ensancha mi corazón. Porque como decía San Agustín, ama y haz lo que quieras. Por lo tanto, ama y no te equivocarás.