Microquimerismo.

Hoy he descubierto un fenómeno fascinante que merece la pena ser compartido. Se trata del Microquimerismo. Es decir, las madres llevan las células de sus hijos en su ser. Aun después de muchos años después de haber nacido. ¡Es impresionante!.
Por ejemplo, una madre de 9 hijos, lleva algunas de las células de sus 9 hijos. Es una huella de vida...

Esto es un hecho contrastado y real... científico. Y después de este fenómeno importantísimo, hay que reflexionar. Porque no hay peor ciego que el que no quiere ver.
La sociedad y los lobbys abortistas, siguen imponiendo el pensamiento único que el feto no es un ser humano. Ante eso, no puedo más que preguntarme si las madres (víctimas) que abortan, llevan la huella microquimérica de su hijo abortado...

María, llena de Gracia.
Por otro lado, desde el sí a la vida, siguiendo la línea del Microquimerismo cobra para mí otra dimensión la Encarnación de Dios en el seno virginal de la Santísima Virgen. Siempre me gustó la imagen del dulce embarazo de la Virgen, como nueve dulces meses de Eucaristía. Ya no sólo eso, la unión íntima de la Virgen con Jesús se hace más fuerte, desde el microquimerismo. La Virgen, además de ser dichosa y bienaventurada, por ser escogida por Dios Padre para ser la Madre de Dios y esposa del Espíritu Santo, seguía albergando en ella misma células de Cristo aun después de muchos años de nacido. Además del Espíritu Santo (que no es poco), seguía llevando a Cristo físicamente en su ser.

Entonces me pregunto que pensaran todos los protestantes, los evangelistas, y un largo etc que rechazan y denigran a la Virgen, como contraposición a su creencia errónea de que nosotros los católicos, tenemos a la Virgen divinizada (eso no es cierto). Pues bien, ellos en una mayor o menor medida, reconocen que Cristo es Dios y Hombre. Centrándonos en su Divinidad, la Virgen al albergar células de Cristo, les debería a forzar a replantearse su trato hacia ella. Ella no fue una mera vasija. La dignidad de la Virgen transciende, es especial y única. Tanto en su relación con Cristo, como para la humanidad.

Y si Cristo amó a su Madre y nos la dió en la Cruz, ¿porqué no amarla y honrarla por justicia divina?.

Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.