No dejemos para mañana lo que podamos hacer hoy, ahora....Como diría San Expedito: Hodie, hodie, hodie (hoy, hoy, hoy). Recemos por todos los difuntos porque es una obra de caridad muy agradable a Dios. Ofrezcamos Misas, limosnas a los pobres, el Rosario, la Coronilla de la Misericordia, todos los pequeños sacrificios del día a día, la valiosa oración de las 1000 almas del Purgatorio revelada a Santa Gertrudis... Pero lo más importante es la Santa Misa.
(A continuación extracto de un artículo de foros de la Virgen:)
La respuesta de San Agustín: a este gran Santo le preguntó uno: “¿Cuánto rezarán por mí cuando yo me haya muerto?”, y él le respondió: “Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos. Porque el evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa medida se empleará para darle a él”.
¿Vamos a rezar más por los difuntos? ¿Vamos a ofrecer por ellos misas, comuniones, ayudas a los pobres y otras buenas obras?. Los muertos nunca jamás vienen a espantar a nadie, pero sí rezan y obtienen favores a favor de los que rezan por ellos.
Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora, una oración por su alma, la recibe Dios (San Agustín).
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