martes, 10 de enero de 2012

María Emilia Riquelme y Zayas

Modelada por la Eucaristía para el servicio misionero.
El celo de la Misionera abarca el mundo entero.
María Emilia Riquelme y Zayas desde la más tierna infancia, experimenta el amor de Dios que le invita a darlo a los demás. Siente que si ella se ha dejado amar por un Dios cercano en la Eucaristía, donde se da todo a ella, no puede guardarlo para sí, tiene que llevarlo a muchos hermanos.
"Hacer que le conozcan y te amen".
Se pone a disposición de Don Marcelo Espínola, párroco de San Lorenzo de Sevilla, quien funda una escuela de niñas pobres, ella con otros jóvenes impartirá catecismo, bordado y buena conducta y todo lo que las niñas deben estudiar y saber para formarse para ser mujeres del manaña. (Nota del blog: desgraciadamente en el pasado, la mayoría de la población sufría de analfabetismo. En las circunstancias de niñas pobres, el saber bordar les daba al posibilidad de ganarse la vida.)
Visitará a enfermos, ancianos, pobres y abandonados. Compartirá sus bienes junto a Santa Ángela de la Cruz, con quien tiene una gran cercanía y amistad, socorriendo a familias necesitadas.
María Emilia, en su búsqueda por dar todo a Dios, funda la Congregación de Misioneras del Santísimo Sacramento y Mª Inmaculada, porque ha escuchado la llamada de Dios... "que bien estarán las misioneras en tierras lejanas, donde muchos no conocen a Dios".
Y su deseo es "que vengan muchas gentes a arrodillarse a sus pies... felicidad verdadera solo la encontrarás a los pies de Jesús Sacramentado".
La EUCARISTÍA se hace anuncio.
Y la Congregación se extiende en vida de la Fundadora por Brasil, después Portugal, más tarde se suceden fundaciones en Bolivia, en Estados Unidos, Chile, Colombia... hoy extendida en tres continentes, Europa, África y América.
El deseo de Mª Emilia hoy se cumple, con el Amor a Cristo Eucaristía sea extendido a través de todas las obras de evangelización, en la educación, escuelas, colegios, universidad... y en toda obra misionera de la Iglesia.
Ver el Rostro de Jesús y adorarle en la Eucaristía y en los hermanos.
ORACIÓN PARA PEDIR LA BEATIFICACIÓN.

Oh Dios, Tú que pusiste en el mundo la fuerza del Evangelio como fermento de renovación,
por la intercesión de la Santísima Virgen María concede a todos los fieles,
poder cumplir tu Voluntad, para instaurar tu Reino, como lo hizo de manera admirable
la Sierva de Dios María Emilia Riquelme y Zayas, con fervor eucarístico,
pasión misionera y amor preferencial por los pobres. 

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


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