El Pueblo judío

Estas palabras son de amor al Pueblo que escogió Dios...

Dios nunca olvidará al Pueblo que escogió, porque aunque una madre se olvidare de su hijo, Dios jamás, dice la Sagrada Escritura.
Y es cierto que en Cristo, no hay judíos ni gentiles, sino hombres nuevos sin distinción de raza ni país. Pero se les debe tratar con respeto y afecto, como los hermanos mayores en la Fe que son, como dijo Juan Pablo II.
Ellos regresaran en los últimos tiempos.

Como también decía San Ignacio de Loyola, a pesar de los difíciles tiempos de la Inquisición, no le hubiese importado tener parte de sangre judía, como la tuvo Jesús, María y los Apóstoles. A mi tampoco, sería impresionante.

Debemos alejarnos del pensamiento medieval, mal entendido y mal vivido, que acusaban a los judíos como el Pueblo que mató a Nuestro Señor. Y si bien es cierto, fue en la plenitud de los tiempos. Y no lo mataron ellos, sino que Jesús se dejó matar. Fue el mismo el ofrecimiento al Padre. Si no hubiera sido ese pueblo, hubiera tenido que ser otro. Y gracias a su Pasión y Resurrección somos hijos de Dios, por Cristo.

Siempre me han fascinado los conversos judíos al catolicismo. Todos tienen un encuentro en común, el catolicismo no les niega su parte judía, ¡sino que la potencia!. Me viene a la mente Hermann Cohen, fundador de la Adoración Nocturna... esa piedad Eucarítica que está llena de amor, intimidad que trasciende, reposo en el fuego del Sagrado Corazón Eucarístico en el silencio y eternidad de la noche, las horas se dilatan y se hacen eternas. Nuestro vacio se llena a espuertas al desbordar el lagar del amor fecundo de Dios...

Los judíos desde mi fe católica tienen mi respeto y mi aprecio sincero.

Y aunque les falta lo más fundamental de la Revelación Divina en la historia de la humanidad que es Jesucristo, Dios hecho hombre, la personificación de Dios en la tierra y en la existencia, si cumplen los mandamientos de Moisés son hombres rectos en Dios. Jesús ya lo dijo. El no vendría a abolir la Ley, sino que se cumpliera hasta la última coma. Impresionante.

Yo como católico amo al Pueblo Judío.