20 NOVIEMBRE- FESTIVIDAD DE CRISTO REY 2011

FESTIVIDAD DE CRISTO REY DEL UNIVERSO.

FIN DEL AÑO LITÚRGICO Y COMIENZO DEL ADVIENTO.

- El Papa Benedicto XVI ha señalado, como hizo su predecesor Juan Pablo II, que el reinado de Cristo no se basa en el "poder humano" sino por el amor y el servicio a los otros.

- La encíclica cita a San Cirilo de Alejandría, haciendo notar que el reinado de Cristo no se obtiene con violencia: "Posee Cristo soberanía sobre todas las criaturas, no arrancada por fuerza ni quitada a nadie, sino en virtud de su misma esencia y naturaleza"

Para que reine mejor el Corazón de Jesús en nuestros corazones:

1)     Conocerlo: Para ello debemos tratarlo todos los días con la oración, recibiendo los Sacramentos ( la Confesión y Comunión), con la lectura y meditación de la Biblia, en especial del Nuevo Testamento. "Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí."

2)     Amarlo: Sólo conociéndolo podemos amarlo, comprenderlo y adorarlo. Entendemos poco a poco lo mucho que hizo por nosotros, el sentido que tiene la Vida, la grandeza de nuestras vidas salvadas con su propia Vida. Él es AMOR y nosotros, desde el Bautismo gracias a la Fuerza del Espíritu Santo, podemos amarle a él. "AMAOS UNOS A OTROS COMO YO OS HE AMADO". Porque sin caridad no somos nada, y Jesús nos Amó hasta una muerte de Cruz para darnos Vida Eterna. Dio su propia vida por Amor... Ese es uno de los precios de la libertad que Dios nos dio. No nos quería como autómatas, sino que le siguiéramos a Él libremente, ¡por Amor!.

3)     Imitarlo. Si lo conocemos y lo amamos, lo trataremos de imitar. Comprenderemos que una vida sin frutos es una vida vacía. Ese momento será una revolución en tu vida, serás un hombre nuevo, comenzarás a estar hecho de un “barro nuevo”. 

     Para ello tendrás que luchar con las gracias, talentos y bendiciones que te da el Señor (sobre todo con la fe, esperanza y caridad) para cultivar las virtudes día a día, imitando a Cristo. “Sed perfectos como Mi Padre Celestial es Perfecto”. El camino es angosto y la puerta es estrecha, pero todo estamos llamados a la Santidad. Y lo mejor de todo, el Señor no nos abandonará. ¡Por eso que no te desanimes!.

FESTIVIDAD DE CRISTO REY, 20 DE NOVIEMBRE DEL 2011.

Es una de las fiestas más importantes del calendario litúrgico, porque celebramos que Cristo es el Rey del universo. Su Reino es el Reino de la verdad y la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, del amor y la paz. 

Se celebra en la iglesia Católica el quinto domingo antes de Navidad y desde El Concilio Vaticano II, esta festividad cierra el año litúrgico.

ORACIÓN:

Consagración de la humanidad para

el día de Cristo Rey por el Papa Pío XI

Dulcísimo Jesús, 

Redentor del género humano! Miradnos humildemente postrados; vuestros somos y vuestros queremos ser, y a  fin de vivir más estrechamente unidos con Vos, todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a vuestro Sacratísimo Corazón. 

Muchos, por desgracia, jamás, os han conocido; muchos, despreciando vuestros mandamientos, os han desechado. 

¡Oh Jesús benignísimo!, compadeceos de los unos y de los otros, y atraedlos a todos a vuestro Corazón Santísimo.

¡Oh Señor! Sed Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Vos, sino también de los pródigos que os han abandonado; haced que vuelvan pronto a la Casa Paterna, que no perezcan de hambre y miseria.

Sed Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Vos; devolvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe para que en breve se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor.

Sed Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría; dignaos atraerlos a todos a la luz de vuestro Reino. 

Conceded, ¡oh Señor!, libertad segura a vuestra Iglesia; otorgad a todos los pueblos la tranquilidad en el orden; haced que del uno al otro confín de la tierra no resuene sino esta voz: ¡Alabado sea el Corazón divino, causa de nuestra salud! A Él se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos. 

Amén