sábado, 3 de diciembre de 2011

SAN FRANCISCO JAVIER (2ª Parte)


Aprovecho este día para rescatar una conferencia genial sobre el Apostolado de la Oración, realizada en el año 1992 por el Padre Manuel Iglesias. Este extracto de la conferencia que voy a transcribir es cuando menciona a San Francisco Javier, patrón del Apostolado de la Oración.

Extracto:

San Francisco Javier,

Hace 450 años, el 3 de Diciembre de un día como hoy en una isla perdida de las costas de China moría San Francisco Javier, patrono del apostolado de la Oración. Moría allí sólo, abandonado… con una pulmonía, allí a los cuatro vientos murió diciendo: “Jesús hijo de David, ten compasión de mí”.
            Un hombre que había trabajado inmensamente por Jesucristo, que había bautizado a cientos de miles con su propia mano, hasta cansársele el brazo de bautizar, como dice él en sus escritos. Que había recorrido a pie y de mil medios pobrísimos lo equivalente a dar varias veces la vuelta al mundo.

Este hombre, lleno de servicios a Dios escribía un poquito antes, desde Japón a sus compañeros en Goa en la India, estas frases: “Dios tiene en más una buena Voluntad llena de humildad con que los hombres se ofrecen a Él, haciendo oblación de sus vida, solo por Amor y Gloria de Dios, que lo que aprecia y estima los servicios que le hacen, por muchos que sean”. Valora Dios lo que tu ofreces en oblación más que todas las obras que puedas hacer. Porque todo esas obras Dios “las puede hacer con el dedo meñique de su mano izquierda”. Si para eso no te necesita.

Dios necesita de tu corazón y tu entrega. Si le dices que no, se queda
sin ello. Pero todo lo demás que puedas hacer es secundario.

            Tres siglos después, una vispera de un 3 de Diciembre de 1884, nació el Apostolado de la Oración, que no es más que caer en la cuenta, en ser conscientes, que estamos en Cristo, somos en Cristo Redentor, existimos en ÉL.

fuego en su pecho, enardecido en Amor de Cristo.
            Un CRISTO VIVO que sigue llevando su obra Redentora a golpes de Corazón. Y que está pidiendo brazos y que está pidiendo corazones que se entreguen en la vida monótona de cada día. Que se quemen en las ansias redentoras del Corazón de Cristo.

            Tu hecha en ese Alto Horno (el Sagrado Corazón de Jesús) toda tu escoria y saldrá un acero limpísimo, que se quemen y quemen, que sean incendiados del mundo. ¿Cuántos cristianos hay así?. Que pena da ver muchas veces vidas de gente que hacen cosas y no valen para nada. A los ojos de Dios, NADA VALEN.
                                       Padre Manuel Iglesias.1992


Un compañero suyo, el P. Antonio Quadros, ofrece este testimonio:
Espiándole un hermano vio que iba tan elevado que, volviendo en sí y pareciéndole que no le oirían, dijo, levantando los ojos y apretándose el pecho: Señor, no más, no más. Los que vivían con él le oían decir en sueños: ¡Oh buen Jesús, mi Señor y Creador!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario